Extendí mis brazos hasta uno de los pasamanos que se encuentran a los costados del camión, y, justo cuando iba abrazarlo con mis manos, resbalé y pensé que, como en novela romántica, al levantar la mirada ahí estarías sentada y perpleja porque desde hace tanto que no cruzamos miradas.
Y no es solo eso, desde hace semanas que deseo discernirte de entre toda la gente que se sube al metro en la estación Universidad, no he perdido la esperanza y sigo buscándote sentada en alguna banca del andén, subiendo las escaleras tratando de alcanzarlo, o simplemente de pie con pose indiferente ante la huida del tren mientras en tu celular te llegan notificaciones, sé bien que no son mías porque nuestras fotos de perfil se encuentran en blanco.
El tren avanza una estación más y nada, pero a la siguiente, al empezar a activar los frenos e ir disminuyendo lentamente su velocidad, mis latidos comienzan un bombeo que me retumba en los oídos
(pum pum pum pum)
porque presiento que ahí estarás en la primera banca del andén de izquierda a derecha.
Oh, sorpresa, ha sido nuevamente tu imaginación.
Yo me bajo en esta estación, me dije a mí mismo después de reaccionar del estado de inconsciencia que me habría turbado. Desearía que me vieras porque de nuevo me arreglé para ti. Mientras subo las escaleras me pregunto si traerás un nuevo fleco, si seguirás con tu nuevo yo, o si sigues con tu horario de día y es por eso que no podemos coincidir.
Más de una vez caminé con paso apresurado por el costado de tu facultad
(otro día sin verte otro día sin verte)
mientras la luna cubría por completo todas las explanadas por las que pasaba, y yo, simplemente exhalaba ante el aire frío y me preparaba mentalmente para liberar mi energía en el entrenamiento.
Fecha de creación:
25 de mayo del 2025.
El Andén (2025)
