Capítulo II. Recorte

La he dejado ir por el boulevard, sola va alejándose por el boulevard, quisiera correr tras ella y tomarla por la cintura, hacer que sus ojos me vuelvan a mirar y robarle un beso de novela en donde su espalda se doble y mis brazos la atrapen.

Otro beso de esos labios carnosos hará que yo vuelva a sonreír, que el suelo desaparezca, que la noche se ilumine, que mis párpados se entrecierren, que el amor nunca termine, que siempre tengamos veinte, que…

Con unas cuantas palabras he escuchado el estallido y no sé si ha salido de tu pecho o del mío, solo he sentido como el tiempo se paralizó y todo tomó un color a blanco y negro. No sé cómo surgen estas situaciones en mi vida, soy el culpable y sé que me encerrarás en tu cárcel.

Después de irte, mis brazos se sienten vacíos.

La he dejado ir por el boulevard, veo como se aleja por el boulevard. ¿La niebla se ha hecho presente ó mis ojos se han empañado? Aún no es tan tarde para remediarlo, pero siento como mi estómago patea hacia afuera.

Si esa mujer que camina a lo lejos se diera la vuelta y viera mis ojos quebrados tal vez dudaría en irse, quizá una lágrima bastaría para cambiar el rumbo de sus pies, pero es una mujer decidida y ya no quiere volver a verme.

Si un día volviese esa mujer, mis brazos estarán abiertos esperando su calor.

Fecha de creación:
02 de octubre del 2022.

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